lunes, 30 de enero de 2012

Cuando nos enojamos con alguien, en realidad nos estamos enojando con nosotros mismos. Porque vemos algo nuestro, eso que no queremos mostrar reflejado en la otra persona. Sensaciones, expresiones, secretos.
 A veces queremos ser como esa otra persona que tiene una forma distinta de encarar la vida como nosotros querriamos hacer, pero a veces es tan juzgada esa forma, que preferimos seguir como estamos, neutros, sin sal ni pimienta. Como cuando sentís la adrenalina de hacer lo que nunca hiciste o sabés que está ''mal'', cuando llego a ese punto quiero bajarme de la montaña rusa que a veces, es la vida. Cuando querés experimentar sensaciones fuertes, placenteras o no, quizás hasta hay algo de dolor al que siempre recurrimos nos guste o no, también de eso se trata un poco todo esto, no? Encontrar emociones todo el tiempo, distintas, únicas en cada momento y lugar, aromas y fragancias que nos llevan automáticamente a nuestro pasado, lo anhelamos por algunos minutos y luego, caemos de golpe a la realidad, tan duramente, sin que nadie nos avise de antemano cuan fría es... A veces se me vienen las ganas de volver a ser chica, refugiarme en la cama de un invierno, taparme hasta la cabeza o hasta mirar en la oscuridad, apreciar las sombras de una ventana, las estrellas, creer que nada es tan complicado como los grandes dicen y no entender porqué se preocupan tanto o discuten si las cosas pueden hablarse bien, dormir y esperar el chocolate caliente que al otro día, me traería mi mamá a la cama... Mirar tele, esos dibujitos que pasaban antes, que no se comparan con los de ahora, encontrarse con el mundo de Tom y Jerry, Coraje, el perro cobarde, las chicas superpoderosas, dexter, cat dog y tantos otros personajes que marcaron mi infancia... Creía que todo pasaba y tenia muchas ganas de crecer a ver que me esperaba cuando fuera adulta y nada se compara con esos tiempos, a veces me da miedo pensar que ya no se vuelve atrás ni siquiera por un segundo, solo cuando lo contemplo con los ojos cerrados, luego sé, que ya nada es como antes ni volverá a serlo... Que me tocan otras experiencias, quizás un trabajo con las mismas personas que se van cambiando en tiempo y forma pero tienen el mismo estrés, las mismas ganas de llegar a su casa, las mismas ganas de cobrar, los mismos problemas familiares, los mismos enojos, quizás no se detienen a pensar que el tiempo está pasando demasiado rápido. Y luego, al final de un año expresan con sorpresa (como si no lo supieran de antemano) "lo rápido que se pasó" y las ganas de que "el próximo año sea mejor". Luego el reloj marca las 12 y chin chin. Así es la vida, un segundo tras otro, momentos, risas, emociones violentas, lagrimas por aqui por allá, gente nueva, la misma gente, tu vieja, tu viejo, la casa, los perros, tus proyectos y luego, asi como si nada, un año tras otro...

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