La hipocondría es, en esencia, una actitud que el individuo adopta ante la enfermedad. La persona hipocondríaca está constantemente sometida a un análisis minucioso y preocupado de sus funciones fisiológicas básicas, pensando en ellas como una fuente de segura enfermedad biológica.
La característica esencial de la hipocondría es la preocupación y el miedo a padecer, o la convicción de tener, una enfermedad grave, a partir de la interpretación personal de alguna sensación corporal u otro signo que aparezca en el cuerpo. Puede ocurrir, por ejemplo, con lunares, pequeñas heridas, toses, incluso latidos del corazón, movimientos involuntarios, o sensaciones físicas no muy claras. Aunque el médico le asegure que no tiene nada, el hipocondríaco solamente se queda tranquilo un rato, pero su preocupación
vuelve de nuevo.
La interpretación catastrófica de los signos corporales más ínfimos por parte del individuo, es el mecanismo que desencadena la hipocondría. Se sabe que este trastorno afecta a menudo a ambientes familiares, es decir, que muchos miembros de una familia tienden a estar afectados. Hay familias que son especialmente
sensibles y están muy inclinadas hacia la interpretación de los signos de enfermedad en todos los ámbitos de la vida. De esta forma, los miembros de la misma familia aprenden a interpretar de negativamente cualquier signo corporal y lo asocian con
angustia, miedo o ansiedad. No debemos descartar que una persona hipocondríaca esté realmente
enferma. En muchas ocasiones lo que hace es
centrar su atención en síntomas leves o imaginarios (mareos, dolor de cabeza, etc.), y no en los verdaderamente importantes. Asimismo,
el hipocondríaco al centrar su atención emocional en una determinada función biológica, puede terminar por formar síntomas orgánicos reales (reacciones psicosomáticas).
Sintomatología: Estamos ante un trastorno asociado muy a menudo con la
ansiedad, por lo que el principal síntoma de la hipocondría es la preocupación exagerada que siente por su salud.
El hipocondríaco medita constantemente sobre sus síntomas, reales o imaginarios, llegando a percatarse de signos funcionales que normalmente se escapan a la conciencia (intensidad de los latidos cardíacos, funciones digestivas, etc.). Puede describir su cuadro clínico con una sutileza impresionante, aclarando repetidas veces el alcance de cada uno de sus síntomas físicos. La atención del hipocondríaco se centra no sólo en el estudio de sí mismo (se toma el pulso, la temperatura, el número de respiraciones por minuto y la tensión arterial varias veces al día), sino también en la cantidad y composición de los alimentos. Sabe con qué aguas hace mejor la digestión, qué grados de ventilación o de temperatura le convienen, etc.
Este trastorno, que afecta a casi el
10% de la población mundial, puede comenzar en la crianza o la vida personal.
Padres muy sobreprotectores o extremadamente cuidadosos con la salud de su hijo pueden inducir la hipocondría en el futuro de la persona. Una tragedia familiar o muy cercana en donde alguien falleció de una enfermad grave también puede provocar un miedo generalizado a la muerte. Esto se denomina “somatización”.
La característica esencial de la hipocondría es la preocupación y el miedo a padecer, o la convicción de tener, una enfermedad grave, a partir de la interpretación personal de uno o más signos o síntomas somáticos. La sintomatología más típicamente hipocondríaca es la sugestiva, que experimenta acompañada de una especial alteración negativa del estado de ánimo, sumamente desagradable, y que le hace colocarse en una actitud fóbica frente a sus molestias, de las que siempre cree que son el comienzo de enfermedades graves.
Finalmente, el hipocondríaco acaba renunciando a casi todo para consagrarse a cuidar su enfermedad imaginaria.
Increíble .
debe ser muy angustiante para la persona enferma y también para la familia; yo realmente no sabía que existía esta enfermedad, hasta que mi profesora de teatro nos dijo que iba a actuar en la obra 'el enfermo imaginario' de Moliére en capital; se las recomiendo que vayan a ir a verla, pero volviendo al tema, como decía el texto en la parte que resalté: ''El hipocondríaco medita constantemente sobre sus síntomas, reales o imaginarios, llegando a percatarse de signos funcionales que normalmente se escapan a la conciencia (intensidad de los latidos cardíacos, funciones digestivas, etc.)'' me impresionó mucho :S preocuparse de síntomas reales o imaginarios hasta SENTIR como late tu propio corazón , sentir cuando lo que comés atraviesa el tracto digestivo, es totalmente ÍNCREIBLE :s